Refugios
¿Qué sucedería si los cubanos nos vemos obligados a refugiarnos en los túneles populares rústicos construidos a partir de mediados de la década del 90 en el llamado Período especial en tiempo de paz ante la percepción de la amenaza de un “inminente” ataque norteamericano? Esta pregunta está en la base de la serie Refugios. Para Oliva, los refugios, que abrigaban los más disimiles personajes y donde se suscitaban todo tipo de eventos, se convirtieron en un motivo donde se dialogaba sobre la realidad cubana de la época. En los túneles bajo tierra, ideados por el artista lo mismo transcurría una boda, que surgía un héroe, se salvaguardaba un rey, que una necesidad básica como defecar se convertían en protagonista de un cuadro. El Gran Refugio. Homenaje a Marcel Duchamp, fue uno de los primeros paneles alegóricos que abordaba la idiosincrasia del cubano, un amalgamado ambiente social donde simbólicamente nos encontrábamos bajo tierra, quizás el comienzo del descenso de la Utopía.
La Serie
Refugios tiene su origen en la serie que le precedió: Las maravillas del mundo, en la cual de manera irónica, el artista elevaba a la categoría de “maravilla” muchas de las absurdas situaciones que formaba parte de la vida cotidiana de esos años. Entre ellas tomó como ejemplo una de las galerías subterránea construida bajo la avenida La Alameda en su pueblo natal, Pinar del Río. La estructura formal que creó para este dibujo sería recurrente en el resto de las piezas que conforman Refugios. El Gran Apagón es considerado la principal obra maestra de esta serie.